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Agresiones a profesionales sanitarios, una crisis que exige soluciones urgentes

Los últimos incidentes reflejan una situación que se ha vuelto intolerable y frente a la que SATSE reclama medidas inmediatas por parte de las autoridades sanitarias.

En los últimos años, España ha presenciado un incremento preocupante en las agresiones a profesionales sanitarios, incluyendo enfermeras, fisioterapeutas y otros trabajadores del sector de la salud. Este fenómeno, que afecta a la seguridad y el bienestar de quienes dedican su vida a cuidar a los demás, ha llevado a protestas y denuncias públicas, como las recientes concentraciones organizadas por el Sindicato de Enfermería en diferentes regiones del país.

En el día de hoy, profesionales del Centro de Salud de Benalup se han concentrado a las puertas de su lugar de trabajo para condenar una nueva agresión verbal e intento de agresión física sufrida por el equipo del Dispositivo de Urgencias durante la guardia nocturna del miércoles 11 de junio. Durante el servicio, un usuario reincidente en materia de agresiones, profirió insultos y amenazas, llegando a intentar agredir físicamente a los profesionales obligándoles a abandonar las instalaciones ante la falta de medidas de seguridad y a la espera de la llegada de las fuerzas del orden.

Ocho de cada diez enfermeras ha sufrido una agresión

Otro de los casos más recientes ocurrió el 30 de mayo de 2025 en el Centro de Salud del Mentidero, donde una enfermera sufrió una agresión verbal. Según el testimonio de Eva, la profesional afectada, el incidente tuvo lugar durante una consulta con un paciente que, tras equivocarse en su cita, la insultó con términos despectivos. SATSE Andalucía convocó una concentración el 4 de junio frente al centro para condenar el ataque y exigir mayor protección.

Este no es un caso aislado. En Córdoba, a principios del mes de mayo, SATSE denunció otra agresión a una enfermera en un centro de salud, mientras que en Extremadura, el sindicato condenó un ataque a profesionales sanitarios, exigiendo al Servicio Extremeño de Salud (SES) medidas urgentes. En las Islas Baleares, debido a incidentes similares, varios profesionales manifestaron su hartazgo ante la falta de seguridad. Estos eventos reflejan una tendencia alarmante, un incremento continuo de agresiones que pone en riesgo la salud mental y física de los trabajadores.

Una ley contra las agresiones

Frente a esta crisis, SATSE ha propuesto durante años una serie de medidas para proteger a los profesionales sanitarios, entre ellas una ley específica contra las agresiones. Entre las medidas más destacadas que se proponían está la creación de la figura del "delegado de prevención contra la violencia", un representante en los Comités de Seguridad y Salud que vigile el cumplimiento de protocolos y exija mejoras. El sindicato también ha reclamado insistentemente la presencia de vigilantes de seguridad en cada centro de salud, una medida que considera imprescindible ante el aumento de agresiones verbales y físicas.

El Sindicato de Enfermería aboga por una reforma más efectiva del Código Penal, que desde 2015 reconoce a los sanitarios como autoridad pública, pero cuyos mecanismos de protección aún resultan insuficientes. Otra propuesta incluye campañas de sensibilización para reducir la crispación de los pacientes, agravada por recortes, listas de espera y sobrecarga laboral.

Un grito colectivo

Las concentraciones recientes, como la de Cádiz, han sido un grito colectivo de repulsa, un claro mensaje de rechazo a la violencia. Sin embargo, las respuestas de las administraciones sanitarias, continúan siendo insuficientes y los profesionales siguen trabajando con miedo y desamparo.

El impacto de estas agresiones va más allá de los incidentes individuales. Según encuestas de SATSE, ocho de cada diez enfermeras han sufrido agresiones verbales o físicas en algún momento de su carrera, y la mayoría no las denuncia por falta de apoyo.

Ante esta realidad, SATSE insiste en que las administraciones deben actuar de inmediato, implementando las medidas propuestas y dotando a los centros de recursos adecuados. Mientras tanto, los profesionales sanitarios continúan alzando la voz, exigiendo respeto y seguridad en su trabajo diario.